sábado, 6 de noviembre de 2010



No es justo, en verdad se los juro, no es justo, las lágrimas de niños que valen más que el mundo suplicando ayuda, y ayudé, lo mejor que pude, sin poder saber el bien del mal, la costumbre sobre el azar, pero me duele saber que semejante dolor existió el día de hoy, me parte el alma, me rebana el corazón, cuando bien hubiera tiempo de decir que fui niño yo también.
Cuanto amo a mi venerado padre y comprendo lo que tengo el día de hoy, lo que pasó, no está en mi contarlo, pero a quien lea estas palabras, les suplico intuición y prudencia, benditos corazones de cordero... no valgo menos ni más.

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